La necesidad de crear una nueva lonja para Ribeira se aprovechó en esta ocasión para intentar crear una actuación que además de ofrecer al público los usos marítimo-comerciales, dotase al lugar de una riqueza espacial que nos comunicase continuamente con el mar. A través de las grandes terrazas que se crean a lo largo de la intervención, el visitante tiene la posibilidad de recorrer el edificio en continuo contacto con el oceano.