La rehabilitación del antiguo gobierno militar para sede de la Fundación Caixa Galicia, se aborda como un vaciado interior en el que el contorno existente sirve de contenedor a un espacio fluído en el que la luz penetra por le lucernario central y se dispersa por todo el edificio. El gran volumen central que contiene el auditorio es una excepción que se materializa en una caja dentro de otra caja, en un volumen oscuro e intimo en contraposición a la luminosidad interior del resto de los espacios bañados por la luz natural. Los materiales empleados son extremadamente ricos en si mismos y y tratados con un caracter de simplicidad formal que contribuye a la sobriedad y elegancia del resultado final.